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Sesgos en la IA: por qué importa y cómo enfrentarlos

Introducción

La Inteligencia Artificial (IA) está impulsando cada vez más decisiones que afectan muchos aspectos de nuestras vidas: desde quién recibe una entrevista de trabajo o un préstamo, hasta cuánto tiempo una persona pasa en prisión. Sin embargo, los sistemas de IA no son infalibles: a menudo heredan sesgos presentes en sus datos o en su diseño.

El sesgo en la IA se refiere a errores sistemáticos que resultan en resultados injustos, favoreciendo a ciertos grupos o características sobre otros. Estos sesgos pueden tener un origen técnico, pero su impacto es profundamente humano. Cuando una herramienta de contratación por IA pasa por alto a candidatas femeninas, o un sistema de reconocimiento facial falla más con tonos de piel más oscuros, las personas reales sufren las consecuencias.

Garantizar que la IA sea justa y equitativa no es solo un desafío técnico, sino también una necesidad social.

En este artículo exploramos qué son los sesgos en la IA, por qué son importantes y cómo podemos enfrentarlos. Revisaremos ejemplos reales –técnicos, sociales y éticos– donde sistemas de IA sesgados han causado daño o controversia. A partir de esos casos, discutiremos soluciones técnicas (como algoritmos sensibles a la equidad) y soluciones sociales (como políticas, regulaciones y formación ética). El objetivo es ofrecer una visión clara y accesible del problema del sesgo en IA y desmitificar los esfuerzos actuales para lograr una IA más justa.

¿Qué son los Sesgos en la IA?

Definición de sesgo en inteligencia artificial

En el contexto de la inteligencia artificial, un sesgo ocurre cuando un sistema produce resultados sistemáticamente injustos, favoreciendo o perjudicando a ciertos grupos de personas.
Puede manifestarse en decisiones, predicciones o recomendaciones basadas en características como la raza, el género, la edad o la ubicación geográfica.

El sesgo puede surgir en varias etapas:

  • Al seleccionar o recolectar datos (sesgo en los datos).

  • Durante el diseño del algoritmo (sesgo en el modelo).

  • A partir de la interpretación humana de los resultados (sesgo en la implementación).

El gran problema es que los sistemas de IA aprenden de los datos, y si esos datos reflejan desigualdades del mundo real, el sistema puede perpetuarlas o incluso amplificarlas.

Tipos comunes de sesgos en IA

Sesgo de datos

Ocurre cuando los datos de entrenamiento no son representativos de toda la población.
Por ejemplo, si un sistema de reconocimiento facial se entrena mayormente con imágenes de personas blancas, tendrá un peor rendimiento al reconocer rostros de personas negras o asiáticas.

Sesgo de selección

Se produce cuando los datos usados fueron seleccionados de manera que excluyen o sobrerrepresentan ciertos grupos.
Un ejemplo sería un sistema de contratación que se entrena solo con perfiles de empleados históricos de una empresa mayoritariamente masculina.

Sesgo de medición

Sucede cuando los datos recolectados contienen errores o reflejan juicios subjetivos.
Un ejemplo es la predicción de reincidencia criminal basada en registros policiales: si la policía detiene desproporcionadamente a ciertas minorías, los datos ya están contaminados.

Sesgo de modelado

Se genera cuando el diseño del algoritmo introduce prejuicios, por ejemplo, al asignar más peso a ciertas variables que indirectamente están correlacionadas con características sensibles (como raza o género).

¿Por qué Importa Enfrentar los Sesgos en la IA?

Consecuencias de la IA sesgada

Cuando un sistema de IA está sesgado, las consecuencias no son menores ni teóricas: afectan vidas reales.

Algunos ejemplos de impacto negativo incluyen:

  • Discriminación en el empleo: Sistemas de selección automatizada que filtran de forma injusta candidatos de ciertos géneros o minorías étnicas.

  • Injusticia en el sistema judicial: Algoritmos de evaluación de riesgo que tienden a considerar a personas negras como de «mayor riesgo» que personas blancas con historiales similares.

  • Acceso desigual a servicios financieros: Modelos de puntuación crediticia que penalizan a comunidades históricamente marginadas.

  • Errores en atención médica: Algoritmos que fallan en diagnosticar enfermedades en grupos minoritarios porque fueron entrenados mayoritariamente con datos de pacientes blancos.

Estos errores no solo afectan a individuos específicos: refuerzan y amplifican las desigualdades sociales existentes.

Impacto social y ético

Más allá de casos individuales, los sesgos en IA erosionan la confianza pública en la tecnología.
Si las personas perciben que las decisiones automatizadas son injustas, el rechazo social hacia la IA puede crecer.

Desde una perspectiva ética, permitir que la IA perpetúe injusticias contradice principios fundamentales como:

  • Equidad: Todos deberían ser tratados de manera justa, sin importar sus características personales.

  • Transparencia: Los sistemas deben ser comprensibles y auditables.

  • Responsabilidad: Los desarrolladores y usuarios de IA deben rendir cuentas por los daños que sus sistemas causen.

La falta de atención al sesgo podría llevar a una “sociedad algorítmicamente injusta”, donde las decisiones críticas son tomadas de manera opaca y parcializada.

Importancia de actuar ahora

El uso de IA solo está creciendo.
Cuanto más dependemos de estas tecnologías, mayores serán los efectos de cualquier sesgo no corregido.
Por eso, abordar el sesgo hoy es esencial para construir un futuro donde la IA amplíe la equidad, en lugar de profundizar las brechas sociales.

Como señala la investigadora Kate Crawford (2016), la inteligencia artificial «no es neutral» — refleja los valores, prejuicios y suposiciones de las sociedades que la crean.

Casos Reales de Sesgo en la IA

Caso 1: Sesgo en sistemas de contratación (Amazon)

En 2018, Amazon tuvo que cancelar un proyecto interno de inteligencia artificial diseñado para seleccionar candidatos para puestos de trabajo.
El sistema aprendió, a partir de datos históricos, que los hombres eran preferidos para roles técnicos, porque los currículums anteriores reflejaban una fuerza laboral mayoritariamente masculina.

Como resultado, el algoritmo penalizaba automáticamente aplicaciones que incluían palabras como «women’s» (por ejemplo, “women’s chess club champion”), o que mencionaban escuelas solo para mujeres.

Conclusión:
La IA no era explícitamente sexista, pero aprendió el sesgo de los datos del pasado.

(Fuente: Dastin, 2018)

Caso 2: Reconocimiento facial y raza

Un estudio del MIT y la Universidad de Stanford encontró que los sistemas de reconocimiento facial de IBM, Microsoft y Face++ mostraban tasas de error muy distintas:

  • Para rostros de hombres blancos, los errores eran inferiores al 1%.

  • Para mujeres de piel oscura, los errores superaban el 34%.

Esto se debía a que los modelos habían sido entrenados principalmente con imágenes de personas blancas.

Conclusión:
La falta de diversidad en los datos de entrenamiento lleva a resultados desiguales y peligrosos, especialmente cuando se aplican en vigilancia o seguridad pública.

(Fuente: Buolamwini & Gebru, 2018)

Caso 3: Predicción de reincidencia criminal (COMPAS)

El software COMPAS, utilizado en Estados Unidos para predecir el riesgo de reincidencia de acusados, fue objeto de críticas en 2016.
Una investigación de ProPublica encontró que:

  • COMPAS sobreestimaba el riesgo de reincidencia en personas negras.

  • Subestimaba el riesgo en personas blancas.

Esto planteó serias dudas sobre el uso de tales sistemas en decisiones judiciales.

Conclusión:
Cuando la IA influye en la libertad de las personas, cualquier sesgo puede tener consecuencias gravísimas.

(Fuente: Angwin et al., 2016)

Caso 4: Traducciones sexistas de Google Translate

Antes de sus actualizaciones de equidad, Google Translate solía asignar automáticamente género masculino a profesiones tradicionalmente consideradas «de hombres» en ciertos idiomas.

Por ejemplo:

  • Traducir del húngaro “ő egy orvos” («él/ella es doctor/a») resultaba en «he is a doctor» («él es un doctor»).

  • Mientras que “ő egy ápoló” («él/ella es enfermero/a») se traducía como «she is a nurse» («ella es una enfermera»).

Cómo se Originan los Sesgos en la IA

Sesgo en los datos

La mayoría de los sistemas de inteligencia artificial aprenden a partir de datos históricos.
Si los datos reflejan prejuicios del pasado, la IA los aprenderá y los reproducirá.

Ejemplos de sesgos en datos:

  • Datos de arrestos policiales que reflejan prácticas discriminatorias.

  • Historiales laborales dominados por un solo género o grupo étnico.

  • Imágenes de entrenamiento donde ciertas razas o géneros están subrepresentados.

En resumen: los datos no son neutrales. Cada conjunto de datos refleja decisiones humanas anteriores: a quién se registró, qué se midió, qué se ignoró.

Sesgo en el diseño del modelo

El sesgo no solo proviene de los datos. También puede surgir en las decisiones que los desarrolladores toman al:

  • Elegir qué variables incluir (o excluir).

  • Definir objetivos o métricas de éxito.

  • Construir algoritmos de optimización que pueden privilegiar eficiencia sobre equidad.

Por ejemplo, un sistema de crédito que maximice ganancias sin considerar justicia puede fácilmente discriminar contra minorías con historiales financieros afectados por desigualdad estructural.

Sesgo en la implementación y el uso

Incluso si el sistema en sí no está sesgado, el modo en que se utiliza puede generar injusticias:

  • Policías usando reconocimiento facial solo en barrios minoritarios.

  • Empresas usando IA para descartar automáticamente currículums sin supervisión humana.

  • Gobiernos aplicando IA para controlar poblaciones vulnerables.

¿Se Puede Eliminar el Sesgo de la IA?

El sesgo cero: ¿un ideal imposible?

Muchos expertos coinciden en que eliminar completamente todos los sesgos de un sistema de IA es prácticamente imposible.
La razón es simple: la realidad humana está llena de complejidades, y las decisiones que tomamos como sociedad —sobre qué medir, cómo categorizar, a quién escuchar— ya están cargadas de sesgos.

Además, no todos los sesgos son necesariamente negativos. A veces, cierto «sesgo» puede ser útil si ayuda a corregir una injusticia estructural. Por ejemplo, priorizar currículums de personas con menos oportunidades históricas podría considerarse un sesgo «positivo».

Tres enfoques para enfrentar los sesgos

1. Pre-procesamiento de los datos

Este enfoque busca detectar y corregir sesgos antes de entrenar un modelo.
Incluye técnicas como:

  • Equilibrar los datos: asegurar que haya representación suficiente de todos los grupos.

  • Anonimizar variables sensibles: eliminar datos como género o raza para evitar que influyan directamente.

  • Reetiquetar datos: ajustar etiquetas si se identifica un sesgo histórico.

 Ventaja: evita que el modelo “aprenda” sesgos del pasado.
 Desafío: difícil cuando los sesgos están implícitos o ocultos.

2. Modificación del algoritmo

Este método ajusta el funcionamiento interno del modelo para reducir la discriminación, por ejemplo:

  • Imponiendo restricciones de equidad.

  • Penalizando predicciones que perjudican desproporcionadamente a ciertos grupos.

  • Reentrenando modelos con técnicas de aprendizaje justo (fairness-aware learning).

 Ventaja: mejora el equilibrio durante el proceso de aprendizaje.
Desafío: puede reducir la precisión general del modelo.

3. Evaluación y corrección posterior (post-procesamiento)

Aquí se ajustan los resultados del modelo una vez entrenado.
Por ejemplo, si el sistema favorece a un grupo más que a otro, se puede:

  • Recalibrar las predicciones.

  • Ajustar umbrales de decisión según grupo demográfico.

  • Revisar manualmente las salidas más sensibles.

Ventaja: permite intervenir sin alterar el modelo base.
 Desafío: puede ser visto como “manipulación” de resultados si no se comunica con transparencia.

Soluciones Éticas, Sociales y Políticas

No todo es técnico: el rol de los valores humanos

Si bien muchas soluciones al sesgo en IA provienen del campo técnico, no podemos olvidar que la tecnología está al servicio de las personas.
Eso significa que cualquier enfoque para combatir el sesgo también debe incluir consideraciones éticas, sociales y políticas.

Las preguntas clave no son solo:

  • ¿Qué tan preciso es el modelo?

Sino también:

  • ¿Es justo?

  • ¿A quién beneficia?

  • ¿A quién perjudica?

  • ¿Quién decide qué es justo?

Estas no son preguntas que los algoritmos puedan responder solos. Requieren la participación de filósofos, sociólogos, legisladores, comunidades afectadas y ciudadanos comunes.

Transparencia y explicabilidad

Una de las mayores críticas a los sistemas de IA es que muchos funcionan como una “caja negra”: hacen predicciones sin que los usuarios puedan entender cómo llegaron a ellas.

Para reducir el impacto de sesgos, se necesita:

  • Transparencia algorítmica: que los modelos sean auditables.

  • Explicabilidad: que se puedan ofrecer razones claras para cada decisión automatizada.

  • Documentación de decisiones: como hojas de datos, tarjetas de modelo o fichas de impacto (model cards).

Esto permite a los usuarios, empresas y reguladores detectar posibles injusticias y corregirlas a tiempo.

Diversidad en los equipos de desarrollo

Uno de los factores que más influye en la presencia de sesgos es la falta de diversidad en quienes crean la IA.

Cuando equipos homogéneos diseñan soluciones, es más probable que no vean ciertos problemas que afectan a grupos fuera de su experiencia directa.
Por eso, fomentar la inclusión de mujeres, personas de diferentes culturas, clases sociales y capacidades en la creación de tecnología es una forma poderosa de prevenir sesgos invisibles.

Regulaciones y marcos legales

Varios gobiernos y organismos internacionales están desarrollando leyes y guías para hacer frente al sesgo en IA. Algunas acciones incluyen:

  • La Ley de Inteligencia Artificial de la Unión Europea, que propone categorías de riesgo para usos de IA y exige evaluaciones de impacto.

  • Reglas locales que obligan a auditar los algoritmos en áreas sensibles como salud, justicia o empleo.

  • Códigos éticos promovidos por universidades, empresas y ONGs.

Si bien las leyes aún están en evolución, la presión social está creciendo: se espera que las empresas tecnológicas rindan cuentas por los efectos de sus sistemas.

Educación en alfabetización digital y ética

Finalmente, una solución a largo plazo consiste en formar a los ciudadanos –desde edad escolar– en:

  • Pensamiento crítico sobre tecnología.

  • Derechos digitales.

  • Conceptos de equidad, privacidad y sesgo.

También es clave que los profesionales técnicos reciban formación ética obligatoria, al igual que ocurre en otras disciplinas sensibles (como la medicina o el derecho).

IA Equitativa: Buenas Prácticas y Casos Esperanzadores

Aunque los problemas de sesgo en la inteligencia artificial son reales y serios, también existen ejemplos positivos de instituciones, empresas y comunidades que están trabajando activamente para construir una IA más justa.

Caso 1: IBM y sus herramientas de equidad

IBM ha desarrollado herramientas como AI Fairness 360, una biblioteca de código abierto diseñada para detectar, medir y mitigar el sesgo en modelos de aprendizaje automático.

Esta herramienta:

  • Permite a los desarrolladores evaluar si su modelo trata de forma diferente a ciertos grupos.

  • Ofrece métodos automáticos para corregir los sesgos encontrados.

  • Incluye documentación y tutoriales para facilitar el aprendizaje ético.

Es un ejemplo de cómo la transparencia y la colaboración abierta pueden empoderar a la comunidad técnica a construir mejor.

Caso 2: Modelos responsables en Microsoft

Microsoft ha creado una guía llamada “Responsible AI Standard”, que establece principios y pasos concretos que deben seguirse al diseñar modelos de IA, incluyendo:

  • Evaluaciones de impacto en derechos humanos.

  • Documentación detallada del funcionamiento del sistema.

  • Procesos para mitigar sesgos antes y después del despliegue.

Además, han implementado “comités de ética interna” que revisan casos en los que la IA pueda causar daño.

Caso 3: Comunidades colaborativas como Data for Black Lives

Más allá de las grandes empresas, existen movimientos sociales que usan los datos y la tecnología para combatir la injusticia, no para reproducirla.

Un ejemplo es Data for Black Lives, una red de científicos, activistas y tecnólogos que trabaja para usar los datos a favor de las comunidades negras.
Su enfoque pone la justicia racial al centro del análisis, y cuestiona la idea de que «más datos» significa automáticamente «mejores decisiones».

Caso 4: Regulación proactiva en Europa

La Unión Europea ha estado a la vanguardia de la legislación sobre IA. En su propuesta de Ley de Inteligencia Artificial (2021–2024) se definen:

  • Categorías de riesgo para el uso de IA (mínimo, limitado, alto o prohibido).

  • Requisitos para el uso de IA en áreas sensibles como vigilancia, justicia o contratación.

  • Multas en caso de incumplimiento.

Esta iniciativa busca garantizar que la tecnología se desarrolle sin sacrificar derechos fundamentales, e incentiva la creación de sistemas más justos desde su diseño.

Caso 5: Redes de investigación abiertas

Organizaciones como Partnership on AI y AI Now Institute están promoviendo la investigación abierta, interdisciplinaria y crítica sobre los efectos sociales de la IA.

Sus informes y recomendaciones influyen en políticas públicas, decisiones empresariales y formación académica.
Son prueba de que la ciencia abierta y comprometida puede ser un motor de equidad en el campo tecnológico.

Conclusión: El Futuro de la IA Será Ético (o No Será)

Vivimos en una época donde la inteligencia artificial ya no es una promesa del futuro, sino una presencia cotidiana que influye en cómo vivimos, trabajamos y nos relacionamos.
En medio de este avance, los sesgos en la IA son un recordatorio poderoso de que la tecnología no es neutral: refleja las decisiones humanas que hay detrás, tanto conscientes como inconscientes.

A lo largo de este artículo vimos que:

  • Los sesgos en IA pueden tener consecuencias graves: desde discriminación laboral hasta injusticias judiciales.

  • Estos sesgos pueden surgir en los datos, en el diseño del modelo o en su aplicación práctica.

  • Aunque eliminar por completo el sesgo es difícil, sí es posible reducirlo y gestionarlo, con enfoques técnicos, éticos y sociales.

  • Se están haciendo esfuerzos importantes en empresas, gobiernos y comunidades para fomentar una IA más justa, responsable y transparente.

La clave no es aspirar a una perfección inalcanzable, sino comprometernos con un proceso continuo de mejora: auditar, escuchar, corregir, incluir, documentar y educar.
Una IA verdaderamente ética y justa no puede ser construida por un grupo reducido de expertos: necesita de la participación activa de todos —ingenieros, legisladores, activistas, educadores y usuarios.

El futuro de la IA dependerá de nuestras elecciones colectivas. Si elegimos priorizar la justicia, la equidad y la dignidad humana, entonces sí podremos construir tecnologías que mejoren nuestras vidas sin reproducir las desigualdades del pasado.


Referencias

  1. Angwin, J., Larson, J., Mattu, S., & Kirchner, L. (2016). Machine Bias. ProPublica. https://www.propublica.org/article/machine-bias-risk-assessments-in-criminal-sentencing
  2. Buolamwini, J., & Gebru, T. (2018). Gender Shades: Intersectional Accuracy Disparities in Commercial Gender Classification. Proceedings of Machine Learning Research, 81, 1–15. http://proceedings.mlr.press/v81/buolamwini18a.html
  3. Caliskan, A., Bryson, J. J., & Narayanan, A. (2017). Semantics derived automatically from language corpora contain human-like biases. Science, 356(6334), 183–186. https://doi.org/10.1126/science.aal4230
  4. Crawford, K. (2016). Artificial Intelligence’s White Guy Problem. The New York Times. https://www.nytimes.com/2016/06/26/opinion/sunday/artificial-intelligences-white-guy-problem.html
  5. Dastin, J. (2018). Amazon scraps secret AI recruiting tool that showed bias against women. Reuters. https://www.reuters.com/article/us-amazon-com-jobs-automation-insight-idUSKCN1MK08G
  6. IBM. (n.d.). AI Fairness 360. https://aif360.mybluemix.net
  7. Microsoft. (2022). Responsible AI Standard. https://www.microsoft.com/en-us/ai/responsible-ai
  8. Partnership on AI. (n.d.). About. https://www.partnershiponai.org/
  9. Data for Black Lives. (n.d.). Our Work. https://d4bl.org/
  10. Unión Europea. (2021). Proposal for a Regulation on Artificial Intelligence. https://digital-strategy.ec.europa.eu/en/library/proposal-regulation-laying-down-harmonised-rules-artificial-intelligence

Orlando Javier Jaramillo Gutierrez

Emprendedor, Tecnólogo, Fundador-Director de Asperger para Asperger. Escritor de libros para la comunidad del espectro autista. Certificado en Ciberseguridad y Ciencia de Datos por Google e IBM. Editor y Autor: Educación Tecnológica: La Revista

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