Introducción

En la actualidad, las familias se enfrentan al desafío de gestionar el tiempo que sus miembros pasan frente a las pantallas. Los dispositivos electrónicos se han convertido en una parte fundamental de nuestra vida cotidiana, tanto para el trabajo como para el entretenimiento y la educación.

Los padres expresan una creciente preocupación por las horas que sus hijos dedican a los dispositivos electrónicos, especialmente cuando esto reduce el tiempo dedicado al deporte y la socialización presencial (Castañeda Cantillo et al., 2021). Esta inquietud ha llevado a muchas familias a buscar estrategias efectivas para establecer límites y crear un equilibrio saludable en el uso de la tecnología.

Internet, siendo una ventana al mundo, presenta tanto oportunidades como riesgos potenciales. Por ello, resulta esencial que los padres supervisen y controlen el acceso de sus hijos a páginas web y aplicaciones (Zabay & Casado, 2023). Las herramientas de control parental modernas ofrecen diversas opciones para establecer límites de tiempo, filtrar contenido inapropiado y monitorear la actividad en línea.

La conciliación entre la vida familiar, personal y profesional requiere establecer pautas claras sobre el uso de dispositivos electrónicos (Gradaílle pernas et al., 2018). Esto implica crear acuerdos familiares que respeten las necesidades de todos los miembros, mientras se mantiene un ambiente saludable y equilibrado en el hogar.

Los estilos educativos parentales son fundamentales en este proceso, ya que las estrategias basadas en el diálogo, el establecimiento de normas consensuadas y el afecto proporcionan mejores resultados en el desarrollo integral de los hijos (Murillo-Casas et al., 2015). Este enfoque permite crear un marco de referencia positivo para el uso responsable de la tecnología.